¿En cuantas ocasiones te has encontrado en situaciones donde la reacción del otro te ha dejado sin palabras?. Como interactuamos ante ellas es fundamental para nuestro equilibrio y bienestar.
Por eso es importante identificar los diferentes estados del YO, para conocer nuestros mecanismos de la personalidad. Ya que éstos dirigen nuestra vida.
Apreciamos el mundo desde tres maneras distintas:
- PADRE: principio el deber. Comportamientos copiados de nuestros padres. Normas y modelos muchas veces obsoletos y antiguos. Ejemplos: sin disciplina no vas a llegar a nada. Los hombres no lloran. Sólo serás feliz si te casas.
- NIÑO: principio del placer. Almacén de experiencias que viviste en tu niñez. Necesidad de jugar y de ser amado. Prevalecen las emociones del miedo, tristeza, alegría, enfado, hambre, sed…
- ADULTO: principio congruencia con la realidad. Aquí radica tu autocontrol.
Existes diferentes disfunciones estructurales:
- Contaminaciones:
- YO ADULTO está contaminado por el YO PADRE: normas contaminadas que se toman como hechos reales. Prejuicios.
- YO ADULTO contaminado por el YO NIÑO: fantasías basadas en sentimientos que se toman como hechos reales. Ilusiones. Ejemplos: no soy bueno.
- Anulamos un estado del YO.
- Exclusión del PADRE: personas que crean sus propias normas y buscarán medios poco lícitos para lograr su fin.
- Exclusión del ADULTO: lucha constante entre padre y niño.
- Exclusión del NIÑO: no hay sueños ni fantasías. Monotonía.
- Prevalece un estado
- PADRE constante: el predicador
- ADULTO constante: incapaz de unirse a la diversión.
- NIÑO constante: se enfrentará e intensificará sus sentimientos, por lo que otros lo verán como una persona inmadura e histérica.
Cuando nos relacionamos como el otro de adulto a adulto, todo fluye. Mientras que si interactuamos como padre-niño, habrá manipulación, poder y conflictos.
¿Cuándo vivimos el estado de juego, intimidad y amor? Desde niño hacia niño
¿Cuándo vivimos el estado de compañerismo? desde padre a padre, desde adulto a adulto y desde niño a niño.
¿Cuándo vivimos el estado de admiración? desde niño a padre
¿Cuándo vivimos el estado de consejo y enseñanza? desde adulto a niño ¿y de súplica? desde niño a adulto
El respeto, la comunicación y las mejores relaciones se dan en el estado de adulto a adulto. Una persona con un estado emocional equilibrado puede actuar desde su estado más conveniente sin perturbar a los demás. De manera integral y coordinada. Identificando el estado de la persona con quien interactúa, generando empática y mejorando tus relaciones interpersonales. Un estado adulto fuerte equilibra los estados del padre y del niño, para ser consciente de tu estado en cada situación.
Genera tu mejor versión. ¿TE ANIMAS A JUGAR?
Noelia Bonifacio
Unidad de Psicosomática imohe