Las castañeras, antiguamente vestidas con faldas acampanadas y de pañuelo en la cabeza, están estos días presentes en las calles de las ciudades recordando que empieza la época fría del año que invita a la intimidad y el recogimiento.
Cuando se acababa de recoger la cosecha de castañas los propietarios de los castaños dejaban entrar a la gente del pueblo a recolectar los frutos que habían quedado por el suelo para que los pudieran aprovechar. Muchas de estas recolectoras eran mujeres que bajaban a las ciudades a vender el excedente, hacían hogueras de leña y las tostaban llenando las calles del característico aroma a otoño.
Aunque las vendedoras ya no llevan el pañuelo atado a la cabeza seguimos manteniendo las paradas de castañas en las calles como símbolo de cultura gastronómica popular.
Las castañas son el fruto del castaño, árbol común en los bosques del mediterráneo, este árbol proveniente de Asia ha sido un gran aliado en épocas de escasez de cereales ya que, aunque se agrupa con los frutos secos, su contenido en carbohidratos es elevado (40% aproximadamente) (1) y su harina permite elaborar pan, alimento básico de nuestra cultura gastronómica.
Son un fruto km0 si se elige bien, pues tenemos los castaños al lado de casa. Son muy conocidas las castañas del Monteseny por su gran calidad, de hecho, en el pueblo de Viladrau se celebra cada año la feria de la castaña (2) donde presentan diferentes productos artesanales elaborados con estos frutos.
Las castañas se pueden encontrar en forma de fruto fresco, en forma de harina y en forma de fruto desecado para poderlas conservar y disfrutar fuera de temporada. Tienen muchos usos culinarios y constituyen un ingrediente fundamental en muchas elaboraciones tradicionales. Aunque lo más típico en nuestra cultura es tomarlas asadas.
A nivel nutricional es un fruto muy interesante ya que es muy rico en fibra por lo que ayuda en la regulación del tránsito intestinal, tiene efecto prebiótico (alimento para la microbiota intestinal) y es un alimento muy saciante. Además también contiene potasio, mineral recomendado en casos de presión arterial alta, vitamina B9 muy importante en la regeneración celular, y antioxidantes. Es especialmente recomendable incluir este alimento en dietas reconstituyentes, aunque se debe evitar en personas que tengan la digestión delicada. Para mejorar su digestibilidad se deben cocinar muy bien acompañadas de especies carminativas como el hinojo, el comino o el laurel o tomar una infusión de anís verde o hinojo después de la comida.
A continuación, proponemos una receta para aprovechar este fruto de otoño.
Crema de castañas y cebolla
Ingredientes
- 12 castañas asadas y peladas
- 4 cebollas
- 1L de agua mineral o de caldo de pollo para hacerla más nutritiva
- 1 puñado de setas shiitake deshidratadas
- 1 cucharadita de postres de comino en polvo
- 1 pizca de pimienta negra
- 2 cucharadas soperas de ghee o aceite de oliva
Elaboración
- Hidratar las setas shiitake, mantener 2-3 horas en remojo o escaldar 1 minuto en agua hirviendo. Colar y reservar el agua de hidratación.
- Picar la cebolla finamente y pocharla con el ghee o el aceite de oliva a fuego lento hasta que quede transparente.
- Añadir las castañas, el caldo o agua, el agua de hidratar las setas y las especias.
- Cocer 15-20 minutos.
- Saltear las setas en una sartén.
- Se puede servir en forma de sopa o en forma de crema si se trituran todos los ingredientes. Decorar con las setas salteadas por encima de la crema.
Referencias: