El Ch’i -energía que aviva todas las cosas y seres-, esta en todas partes y cuando circula en libremente aporta energia y vitalidad a todo lo que encuentra en su paso.Si  consideramos que por termino medio  un ser humano pasa las tres cuartas partes de su vida durmiendo, el dormitorio es la habitación más importante de la casa. El estado de ánimo ,las posibilidades de calidad  relacional laboral,social o familiar, así como la capacidad fisica se ven favorecidas  en gran medidad por un buen descanso.
Dado que un dormitorio es una habitación destinada al descanso, para propiciar la relajación es recomendable que el dormitorio tenga una decoración mínima; la proliferación de objetos atractivos para la vista y el oido  despertaría un estado de alerta y atención que no son los que precisamos para la inducción al sueño.También el dormitorio es la habitación donde habitualmente tienen lugar los encuentros sexuales, de modo que habrá que crear en él un clima y una energia que las favorezca.Y puesto que el dormitorio es el refugio más intimo, el lugar más propio y debe ser tratado con la misma consideración que se le dispensaria a un santuario.Su permanencia en él debe provocar a su ocupante suficientes sentimientos positivos  de paz, de seguridad y de  tranquilidad como para permitirle su entrega  al sueño o al amor. La átmósfera creada en él puede reforzar y nutrir una relación. La presencia de elementos ajenos a estas dos actividades,como son los ordenadores,las mesas de trabajo y los aparatos de televisión perturban el ambiente. Si esta condición por motivos practicos no resulta  posible, es recomendable separar los ámbitos colocando una pantalla visual, como puede ser una cortina o biombo.La posición de la cama debe estar colocada de forma que nos haga sentir seguros y confiados y no ha de estar expuesta ni  a radiaciones telúricas alteradas ni a radiaciones electromagnéticas.Es importante no dejar encendidos durante el descanso aparatos eléctricos ,incluyendo  los teléfonos.Tampoco deben haber en un dormitorio objetos de recuerdos que inviten a la nostalgia y a la melancolia, o que traigan una carga afectiva negativa.
Las imágenes de barullo impactan en la mente y provocan reacciones emocionales adversas.
Al reconocer esta realidad se desarrolla en nosotros  una sensibilidad y conciencia acerca de las energia presente en el ambiente, su capacidad creadora y su influencia en nosotros.
Esta fuerza vitalizante y creadora -el Ch’i-, se proyecta en cada ser vivo y en la materia. El ser humano es canal de esta fuerza, y posee la facultad de la conciencia para modular  el poder de esta energía creando atmosferas y campos energéticos saludables para encontrar o restablecer la paz, la armonía, y la salud.

Alicia Tornos
Noviembre 2019